El paso de la primera a la segunda modernidad
El sociólogo alemán Ulrich Beck plantea que la desaparición del trabajo es la desaparición del Estado tal cuál lo conocemos; a partir de ahí tendremos que inventar nuevas categorías políticas para administrar la indudable capacidad de construir una nueva democracia de la combinación de riesgo, ocio y libertad. Además que la globalización ha implicado la transformación en la calidad de los trabajadores y también en la subjetividad en cuanto al mundo del trabajo. Es decir las transformaciones que se han venido dando a lo largo de los últimos años en el mundo del trabajo se ven presentes, en la forma productiva y estructural, en la representación sindical y política de los trabajadores. Creando así una clase trabajadora más heterogénea, fragmentada y compleja. Lo que conlleva a un quebrantamiento que se aprecia en la reducción de las tasas de sindicalización a nivel mundial. Estas transformaciones se reflejan en las diferentes etapas de la modernización que nos explica Beck:
El capitalismo que ha contribuido a la disminución de la clase obrera industrial tradicional pero que paralelamente, ha favorecido a la expansión del trabajo asalariado; dando en un principio paso al pleno empleo; que es más que un trabajo remunerado que ofrecía al ser humano un Estado de Bienestar durante el siglo XX.
La etapa actual de la economía mundial muestra que la mayoría de las clases de obreros estará sometida a regímenes de precarización laboral y progresivos deterioros en sus condiciones de vida y de trabajo debido a un debilitamiento de la estructura sindical mundial y de las luchas obreras.
Cuando se vengan abajo las fronteras, ¿desaparecerán la guerra y la paz?
No hay que confundir principio de territorialidad con Estado territorial o nacional, ni tampoco con Estado asistencial. Los Estados territoriales se forman a partir de una disposición excluyente del espacio geográfico. Aquí se constituyen el monopolio del poder, la autonomía legislativa, su identidad cultural y autonomía moral.
En los siguientes pasos se mostrara como con el paso a la segunda modernidad, destruye el princio e organización territorial par la po9litica y la sociedad.
-Pérdida de soberanía y renacionalización.
Con la quiebra de la polarización este-oeste están proliferando nuevos nacionalismos, no solo en Europa, sino también en los países árabes en áfrica. etc. Aquí se puede observar una relación entre el desleimiento del poder y de la soberanía del Estado nación y la otra, la agudización de orientaciones y corrientes nacionalistas.
_Naciones, subnacionales y transnacionales.
Cuando se vincula la soberanía externa a un control interno que les falta, se entienden como “cuasi Estados. Como muchos Estados nacionales de África. La consecuencia es una estructura inestable y precaria de sociedades identidades parciales hacia dentro y hacia fuera, tanto en lo político y lo social.
-La inserción en los “asuntos internos” de otros Estados.
Las desnacionalizaciones se pueden ver también en la tendencia cada vez mayor a inmiscuirse en los denominados “asuntos internos” de los Estados, tanto por parte de los Estados interventores como los intervenidos. Por ejemplo las emisiones del Banco Mundial, en los debates acerca de la ayuda humanitaria y ecológica para prevenir catástrofes. Se puede decir lo mismo de Amnistía Internacional, Greenpeace y otras organizaciones no estatales y transnacionales, también los carteles de droga, movimientos terroristas.
-Guerra y paz.
El Estado-nación ha asociado la práctica de la violencia a la diferenciación entre lo interno y lo externo. En lo interno crea un espacio sin violencia en el que únicamente resulta posible resolver conflictos de clase (étnicos, religiosos) o de interés (económico). En cuando a los supuestos amenazas externos actúa con un talante violento y con una organización militar. En la medida en que se erosiona la autonomía del Estado-nación, se resquebraja también una estructura política.